Este blog forma parte del proyecto ”Crónicas imaginarias de una hecatombe Real” el cual se realizara dentro del marco del curso de Redacción Universitaria de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, división Ciencias Sociales y Humanidades, departamento de Humanidades.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Llorar…cuánto hubiera dado por llorar

Sola, infinitamente sola. Mi dolor era lo único que me quedaba, mi patrimonio, aquello que me acercaba al mundo de mis muertos, lo que me obligaba a seguir con vida.
El tiempo se había convertido en una herida desgarrante. Una lesión que inhabilitaba mi alma. Transcurría lento y goteante. Un día, dos días, tres semanas, diez… Tic, tac, tic, tac… Mi existencia  se estaba chamuscando en el infierno de la nada. Ya no existía ningún vínculo con lo que llamaban vida. Ya no podía sentir nada.

Maldita sea. Solo me faltaba la valentía de poder matarme y también la de continuar viviendo. ¿Por qué era tan difícil seguir? ¿Quién dijo que tenía una vida por delante? La buscaba y no la encontraba. Sí, había alguien. Unos ojos, unos labios, unas manos, pero no era la vida; era la muerte acercándose.

Siempre necesitamos buscar una forma de justificar la existencia, y cuando la damos por justificada, nada tiene sentido y volvemos a repetir el mismo ciclo hasta que la muerte se apiada de nosotros. La muerte es la única verdad. Hemos venido para nada; ni fuimos consultados ni se nos preguntó si queríamos venir. Existimos con la única finalidad de irnos. Un viaje perdido. Creamos familias, cocinamos, comemos, nos educamos, trabajamos para mantenernos vivos a toda costa, levantamos monumentos que hablan de batallas en las que ya nadie cree, rezamos frente a imágenes que nada nos dicen: no pueden aconsejar, no han vivido. Queremos creer en algo para distraer la certeza de este ciclo absurdo…
(Final)

1 comentario:

  1. ¡Excelente entrada! Recuerde que no puede haber una oración subordinada sin su oración subordinante. Un gerundio no es un verbo. Una oración con puro gerundio no está completa. Habría que conjugar ese gerundio. Por lo demás, está muy bien redactado.

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